PARIS -
La ciencia lo ha demostrado desde hace tiempo: Alzheimer, Parkinson,
esclerosis en placas, autismo, todas las enfermedades neurovegetativas
aparecen, cuando las neuronas padecen daños irreversibles.
Esto
se produce poco a poco, a lo largo de la vida, mediante incesantes
agresiones químicas y físicas que atacan las neuronas hasta dejarlas al
borde de la muerte. La causa principal de ese cóctel neurotóxico
explosivo es la acumulación de metales pesados en el medio ambiente:
aluminio en el agua, mercurio en la boca, pesticida en los alimentos,
solventes y partículas ultrafinas en el aire, etc.
Esas
substancias, perfectamente identificadas y documentadas por la ciencia,
podrían ser prohibidas, desaparecer de nuestra vida, si existiera la
voluntad de aplicar una verdadera política de prevención.
Pero sucede todo lo contrario. La parte oculta del iceberg aparece en " Menace sur les neurones "
("Amenaza contra las neuronas"), que acaba de publicar en Francia la
editorial Actes Sur, de Marie Grosman, especialista en salud ambiental, y
Roger Lenglet, periodista y filósofo. Ese libro de investigación
desvela un sofisticado sistema que favorece los intereses económicos de
lobbies y grupos de presión, bloqueando toda posibilidad de información
transparente.
No
se trata de un mero balance sobre la importancia que adquieren poco a
poco las enfermedades neurovegetativas en la sociedad moderna. Esa
minuciosa investigación intenta dejar a la luz los principales factores
de riesgo, pero también el silencio cómplice de políticos y otras
personalidades frente a la presión de esos sectores de presión.
"¡Somos
perfectamente conscientes del problema. Pero hay que ser prudentes. No
creen pánico, no asusten a la población. Sería aun más catastrófico!",
advierte a los autores un responsable del ministerio de Ecología
francés.
Grosman y
Lenglet hablan de una hecatombe "enorme y exponencial" que no cesa de
empeorar. En Francia, hay 100.000 enfermos de Parkinson y entre 800.000 y
un millón de personas padecen Alzheimer. Cada año aparecen 225.000
casos nuevos y cada vez son más jóvenes.
La
realidad parece desmentir el viejo adagio que afirma que "la única
causa conocida del Alzheimer es el envejecimiento de la población". Para
los autores, si la enfermedad aparece en fin de vida es precisamente
debido a la acumulación de substancias tóxicas en el cerebro a través de
los años.
Pero,
¿por qué no se prohíben esas substancias? ¿Cómo explicar tanto
inmovilismo e inercia? El libro explica en detalle hasta qué punto los
lobbies industriales condicionan esa parálisis del sector oficial. Más
grave aún: Grosman y Lenglet demuestran "las relaciones incestuosas"
entre empresas privadas e instituciones de salud pública, que permiten
el reembolso de medicamentos, que son en el mejor de los casos inútiles,
y a veces directamente peligrosos.
"Menace
sur les neurones" no omite ninguno de los elementos que colaboran a la
"producción" y mantenimiento de una "sociedad neurotóxica". Un libro,
que merece la pena ser leído.
lanacion.com
Sin comentarios:
Publicar un comentario en la entrada